Por Rosa Tequida
Para los latinos que somos ciudadanos americanos una de las mejores maneras para mostrar que somos parte activa del país que nos abrió sus puertas, es emitir el voto. El votar durante las elecciones nos convierte en una comunidad que se interesa en sí misma, en su futuro y que manifiesta su deseo de vivir en una democracia.
No es justo lamentarse siempre de todo lo que no funciona bien, si cuando se tiene la ocasión de ejercer el voto ignoramos la magnífica e irrepetible oportunidad de ser parte del único acto, que mas allá de las implicaciones políticas y cívicas, es un acto colectivo de esperanza. La esperanza de una vida mejor para nuestras familias; para nuestras comunidades y el país en general.
Cuando no votamos, los latinos estamos cometiendo un grave acto de irresponsabilidad con nosotros mismos, con nuestros hijos, con nuestra generación. Somos parte de una comunidad que se ha ganado este derecho con sacrificios y trabajo; una comunidad que contribuye a la economía del país con una fuerza laboral real y que especialmente en este tiempo de Crísis Covid está haciendo la diferencia para impulsar la economía.
Hay muchos grupos cívicos que se están movilizando por todo el país para incentivar el voto entre la comunidad latina; los medios de comunicación en español han desplegado durante semanas campañas orientadas a informar sobre necesidad de emitir el voto; no podemos hablar de desinformación entre la comunidad latina; pero sí podemos hablar de desidia, de una apatía crónica que nos ha descrito por años como el “Gigante dormido”, es hora de que ese gigante despierte en cada individuo y diga con su voto aquí estoy.
A veces los latinos olvidamos que representamos a un grupo que es una parte activa e indispensable para la economía norteamericana. De acuerdo al Pew Reserch Center, 32 millones de personas que se han registrado como latinos tendrán la oportunidad de votar en estas elecciones presidenciales del 2020. Esta creciente comunidad tiene el derecho a ser tratada con respeto y a no ser relegada de las políticas que deciden el destino del país; no sólo por sus proporciones, sino porque representa el 13 porciento del electorado del país, que supera por primera vez a los votantes negros registrados.
Los derechos de la comunidad latina son inminentes y por ello resulta importante no perder de vista, que un país como Estados Unidos, los derechos van conquistados con la participación y participar significa, entre otras cosas, votar.
Cuando nos mostramos apáticos ante el sufragio estamos diciendo que no creemos en una posibilidad real de ofrecer un mejor futuro a nuestras familias; estamos diciendo que no nos importa una educación superior mas accesible para nuestros hijos; que no nos interesa un sistema de salud mas equitativo y una inclusión respetuosa para los millones de inmigrantes indocumentados que viven en el país esperando por una reforma migratoria.
Votar por un candidato no nos va a garantizar un bien como por arte magia, no significa tampoco que nuestros derechos de ahora en adelante serán respetados.
No!, cuando salimos a votar simplemente estamos creyendo en nosotros mismos; estamos enseñando a nuestros hijos a creer, a tener esperanza en un futuro mejor; simplemente estados ejerciendo un derecho que nos hemos ganado: el derecho a no dejar que otros decidan por nosotros quienes nos gobiernan.
Rosa Tequida, cuenta con más de 15 años de experiencia en medios de comunicación. Estudio una licenciatura en Ciencias de la Comunicación; tiene un master en Comunicación Internacional y actualmente es candidata a un máster en filosofía.